sábado, 6 de julio de 2013

Los hermanos Karamázov, una novela inacabada.



Dostoievski ocupó una parte cenital de mi vida de lector. Fue una década dedicada a la lectura de su obra que me marcó profundamente. Había comenzado con la clásica Crimen y castigo que llegó increíblemente a ser obra de lectura obligatoria en tercero de BUP, con resultados bastante óptimos por el aprovechamiento de la misma. Luego de Crimen y castigo vinieron las demás: El jugador, El idiota, Los demonios, Memorias de la casa muerta, Apuntes del subsuelo y por fin la que para mí destaca por encima de las demás o que se hizo un lugar más destacado en mi conciencia de lector, Los hermanos Karamázov que he leído en un par de ocasiones en veranos infinitos en sesiones de lectura intensiva de diez horas diarias hasta poderla acaba en el espacio de menos de una semana. La acción es tan densa y sus personajes tan poliédricos que creo recomendable una lectura intensiva. No sé si algún día volveré a ella ... Todos los personajes me interesaban y me cautivaban, pero Aliosha (el mismo nombre que el hijo que había perdido en 1878 por el síndrome epiléptico, el mismo que padecía Dostoievski) lograba penetrar hasta lo más profundo de mi corazón. He extraviado mis notas de lectura que tenía en una libreta negra, de modo que no quiero mostrar un mayor conocimiento de la misma que el que tengo realmente ya que hace más de veinte años que la leí por segunda vez.

De todos es sabido que la novela tiene una trama detectivesca (o policiaca) que es la muerte de Fiodor Pavlovich Karamázov, el padre, de la que son sospechosos los hijos Dimitri, Iván y el hijo ilegítimo que es Smerdiakov. Todos tienen motivos para haber asesinado al padre ridículo y oportunista que abandonó a sus hijos desentendiéndose de ellos. No voy a revela quién es el autor de la muerte de Karamázov puesto que en ello reside buena parte del interés de esta primera trama detectivesca. Aliosha, el verdadero héroe de la novela, queda al margen por su carácter pacífico y bondadoso. Es novicio en un monasterio local y tiene como uno de sus ejes al staret Zosima. Es el contrapunto de su hermano Iván ateo convencido y admirado por Smerdiakov.

El juego entre los distintos personajes es apasionante. Es una novela río vertebrada por el diálogo en que entran en contradicción distintas percepciones de la vida, de dios, del bien y del mal. Porque la lectura que se impone en la novela sobre la detectivesca es la filosófico-existencial y también la político-social en las que los personajes tienen total independencia sobre la postura del narrador,  y tendremos ocasión de ir siguiendo sus meandros argumentativos identificándonos o no con lo que dicen dichos personajes.

En Dostoievski, lo más admirable, es que todos los personajes tienen una oportunidad de expresarse y desarrollar su ángulo de visión, de modo que podemos comprenderlos y entenderlos. En Los hermanos Karamazov, tendemos a identicarnos con Aliosha porque es el más puro, pero el desarrollo de los universos personales de Dimitri, de Ivan, de Smerdiakov, del mismo padre Fiodor Pavlovich, o las heroínas de la novela, nos llevan a poder también comprenderlos e identificarnos con sus razones. No hay buenos o malos. Solo hay un juego apasionante de verdades particulares que tienden a la universalidad que juegan y se enfrentan en un espléndido desarrollo novelístico en un planteamiento en que entran en dialéctica el bien y el mal, así como el ser de Rusia.  

Dostoievski falleció pocos meses después de haberla acabado. Parece que iba a ser la primera parte de un proyecto más amplio que incluiría una segunda parte que nos hemos perdido y que hubiera profundizado en el personaje de Aliosha.

Sigmund Freud y Kafka admiraron esta novela y estimaron que era una de las mejores narraciones jamás escritas. 

Que nadie tema enfrentarse a esta novela extensa. Solo hace falta tiempo y pasión lectora. Se podría decir que es un bestseller existencial, de estructura compleja pero asequible, y que puede seguir fascinando a los lectores del siglo XXI.


8 comentarios:

  1. Al leérte me pregunto si novelas como esta son viables en nuestro tiempo. Se pueden escribir, por supuesto, pero creo que costaría que las encontrara un público, primero porque no se publicarían tan fácilmente y, luego, porque aunque se publicaran independientemente no encajarían con el formato fácil, de trama simple y altamente definida, al que se han acostumbrado los lectores. ¿Qué te parece? ¿Cómo se escribiría hoy Los hermanos Karamázov?


    Mi Libro abierto.

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  2. El argumento de Los hermanos Karamazov podría ser actualizado y convertido en una novela de pasiones encontradas entre los diferentes hermanos de un padre descastado que acabaran en crimen. Sin embargo, las largas descripciones, las interiorizaciones excesivas, las digresiones, no resultarían actuales y la novela habría de ser agilizada y actualizada para un estilo acorde con estos tiempos. Con un poco de habilidad podría ser convertida en un bestseller. La forma de la novela de Dostoievski es solidaria del mundo que la produjo, de sus inquietudes, de su sentido del estilo y del ritmo narrativo que era totalmente diferente de lo que hoy entendemos por aceptable. Hoy la novela podría ser pero totalmente adaptada a un mundo mucho más superficial que aquel. No sé, esa es la impresión que tengo. Eso no quiere decir que sienta nostalgia de aquel modo salvaje de percibir la realidad porque no lo aceptaría mi entidad lábil de hombre del siglo XXI.

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    Respuestas
    1. No creo que a un genio, y Dostoivsky lo fue, se le deba actualizar. Por regla general ellos se adelantan a su época. ¿Qué hay que actualizar en una obra maestra? Hay que saberla interpretar, eso sí, en el contexto del lector. He ahí el "trabajo", la "parte"que pone en la obra de arte el receptor de ella, en este caso quien la lee (y relee).

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    2. No creo que a un genio, y Dostoivsky lo fue, se le deba actualizar. Por regla general ellos se adelantan a su época. ¿Qué hay que actualizar en una obra maestra? Hay que saberla interpretar, eso sí, en el contexto del lector. He ahí el "trabajo", la "parte"que pone en la obra de arte el receptor de ella, en este caso quien la lee (y relee).

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    3. No creo que a un genio, y Dostoivsky lo fue, se le deba actualizar. Por regla general ellos se adelantan a su época. ¿Qué hay que actualizar en una obra maestra? Hay que saberla interpretar, eso sí, en el contexto del lector. He ahí el "trabajo", la "parte"que pone en la obra de arte el receptor de ella, en este caso quien la lee (y relee).

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    4. No creo que a un genio, y Dostoivsky lo fue, se le deba actualizar. Por regla general ellos se adelantan a su época. ¿Qué hay que actualizar en una obra maestra? Hay que saberla interpretar, eso sí, en el contexto del lector. He ahí el "trabajo", la "parte"que pone en la obra de arte el receptor de ella, en este caso quien la lee (y relee).

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  3. Es una de mis próximas lecturas y ¡qué ganas le tengo!
    Un abrazo,

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